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– A pesar de la pandemia y las dificultades, el 96,6% mantuvo la decisión de iniciar la transición y el tratamiento hormonal de afirmación de género
– Las medidas de control impuestas por la Covid-19 tuvieron consecuencias psicológicas, familiares, sexuales y sociales
La Unidad de Referencia de Identidad de Género del Departamento de Salud de València-Doctor Peset ha analizado el impacto de la COVID-19 y las medidas de distanciamiento social en el proceso de transición médica, social y administrativa de personas trans binarias y no binarias.
Los resultados de este estudio, publicados recientemente en la revista Psicosomática y Psiquiatría, establecen como conclusión principal que, a pesar de la situación de pandemia y las dificultades que presenta este proceso, el 96,6% de las personas mantuvo la decisión de iniciar la transición y el tratamiento hormonal de afirmación de género.
«Como grupo vulnerable que sufre con frecuencia estigmatización, discriminación y estrés de minoría, las personas con diversidad de identidad de género enfrentan numerosas disparidades en comparación con la población cisgénero. La prevalencia de depresión, ansiedad grave y estrés post traumático es más alta y también la de comportamientos autolesivos y autolíticos», apunta el psicólogo Felipe Hurtado, de la Unidad de Referencia de Identidad de Género del Departamento de Salud de València-Doctor Peset.
Tal y como señala el estudio, con el estallido de la pandemia, los recursos sanitarios se centraron en atender a las personas infectadas y se redujo la actividad no esencial. «La privación de una atención adecuada en el caso de las personas trans puede llevar a un aumento de la autohormonación, incluidos posibles riesgos físicos sin un seguimiento adecuado. Además, puede incrementar el estrés, la depresión y los comportamientos suicidas», especifica el artículo publicado en Psicosomática y Psiquiatría.
«Era necesario evaluar el impacto para adaptar la asistencia que les prestamos a sus necesidades y al nuevo panorama, ya que las medidas adoptadas nos han impedido mantener un contacto presencial con estas personas. No olvidemos que muchas de ellas pasaron el confinamiento con miembros de su familia que no apoyan ni reafirman su identidad de género y otras se confinaron totalmente solas, porque la probabilidad de no tener pareja y de no tener hijos es mucho más alta en personas trans», asegura Felipe Hurtado.
Impacto sanitario y psicológico
Los datos obtenidos del estudio de la Unidad de Referencia de Identidad de Género del Departamento de Salud de València-Doctor Peset indican que el 71,3% de las personas que participaron afirmó que la situación de pandemia y las medidas de control, habían afectado a su proceso de transición médica.
Sin embargo, ante estas dificultades para la atención sanitaria (cancelación de consultas, retraso del inicio del tratamiento, etc.), el 85,1% indicó que sí se le habían ofrecido soluciones: reprogramación de la consulta presencial con medidas para la protección de la salud, consulta telefónica, videoconferencia y consulta a través de correo electrónico.
La dificultad para adquirir el tratamiento hormonal por desabastecimiento en farmacias afectó solamente al 7,4% y, en el mismo porcentaje, afectó la cancelación y demora de trámites administrativos relacionados con la transición social y legal.
La interrupción en el seguimiento, apoyo y acompañamiento psicológico afectó en baja proporción (4,3%) y la cancelación programada y demora de la cirugía de afirmación de género afectó solamente al 2,1%. No tuvo ningún problema relacionado con el tratamiento hormonal el 67% y, en cuanto a la satisfacción recibida en la resolución de problemas médicos, la mayoría de las personas (77,7%) manifestó estar satisfecha.
El impacto psicológico por las consecuencias del confinamiento y las medidas de control social evidenció que el 74,5% de los participantes mostró inestabilidad emocional y, como consecuencia, el estado emocional general empeoró para la mitad de la muestra (53,2%). El 44,7% recibió ayuda psicológica, bien de forma presencial o bien por teléfono o plataforma online.
«La actual situación sociosanitaria nos obliga a plantear nuevos modelos asistenciales para las personas con incongruencia de género. Estos modelos deben desarrollarse siguiendo una estrategia personalizada que estratifique cada caso según niveles de riesgo, y siempre desde el seno de un equipo multidisciplinar experto en identidad en el que también se implique la atención primaria. Hay que proponer la telemedicina a los casos de bajo riesgo social, psicológico y clínico y reservar la atención presencial a los casos que se consideren de mayor riesgo», concluyen los autores del estudio.
Metodología del estudio
En el estudio de la Unidad de Referencia de Identidad de Género del Departamento de Salud de València-Doctor Peset han participado 94 personas con una edad media de 23,71 años (rango de 18 a 54 años) mediante una encuesta de datos anonimizados y confidenciales que se realizó de junio a diciembre de 2020.
De las 94 personas, el 63,8% eran personas que solicitaban iniciar tratamiento de afirmación de género y el 36,2% ya lo habían iniciado. La gran mayoría (92) son personas binarias (el 56,4% de género masculino y el 41,5% de género femenino) y solamente 2 afirman ser de género no binario.
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